Lista de Poemas a la Ciudad de Cuenca

By | octubre 27, 2015

Revisa algunos poemas dedicados a la ciudad de Cuenca por su Independencia, 3 de Noviembre de 1820.

Santa Ana de los Cuatro Ríos de Cuenca celebra su Independencia con importantes eventos cívicos y culturales donde no pueden faltar los poemas dedicados a la ciudad.

Los estudiantes de escuelas y colegios de Cuenca se inspiran en la creación de poemas dedicados a su ciudad recordando la fecha de su independencia.

Los poemas inspirados en la bella ciudad de Cuenca son recitados en los diferentes eventos que se organizan para recordar un aniversario más de libertad.

Lista de Poemas a la Ciudad de Cuenca

POEMAS A CUENCA

Poema 1

Cuenca abstracta, pura, de color de plata, de gentiles piedras, hecha de hallazgos y de olvidos -como el mismo amor-, cubista y medieval, elegante, desgarrada, fiera, tiernísima como una loba parida, colgada y abierta; Cuenca, luminosa, alada, airada, serena y enloquecida, infinita, igual, obsesionante, hidalga; vieja Cuenca.
Autor: Camilo José Cela

Poema 2

De montes circundada
está Cuenca, fundada
sobre un cerro de forma de una piña,
y conforme desciende va, ensanchada,
a buscar más espacio en la campaña.
Valerosa ciudad que por su arrojo
desde los tiempos de los moros, pudo
lucir un cáliz de oro por escudo
y una estrella de plata en campo rojo.
Autor: Ramón de Campoamor

Poema 3

Cuenca, ciudad majestuosa y llena de vida,
Cultura y arte inspiras a tus ciudadanos,
Un grato orgullo es llamarse cuencano.

Tus mujeres son las más hermosas,
Dignas representantes de la belleza ecuatoriana.

Tu gente es trabajadora y talentosa,
Bondad y hospitalidad se respira en el ambiente.

Digna ciudad de ilustres ciudadanos,
Utilizo mi tinta para rendirte tributo,
Conocida eres en todo el mundo por tu belleza,
Viva Cuenca, amada y honrada serás en tu día.
Autor: Boris Esteban Bernal Castillo

Poema 4

«Alzada en bella sinrazón altiva
-pedestal de crepúsculos soñados-,
¿Subes orgullos, bajas derrocados
sueños de un dios en celestial deriva?

¡Oh, tantálico esfuerzo en piedra viva!
¡Oh, aventura de cielos despeñados!
Cuenca, en volandas de celestes prados,
de peldaño en peldaño fugitiva.

Gallarda entraña de cristal que azores
en piedra guardan, mientras plisa el viento
de tu chopo el audaz escalofrío.

¡Cuenca, cristalizada en mis amores!
Hilván dorado al aire del lamento.
Cuenca cierta y soñada, en cielo y río.»
Autor: Federico Muelas


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