Revisa un pequeño resumen de la Batalla de Ibarra, hecho histórico que dirigió Simón Bolívar un 17 de Julio de 1823.
Una de las batalla más importantes lideras por Simón Bolívar es la Batalla de Ibarra donde el militar impulso con un solo ideal la unidad americana. Esto ocurrió un 17 de julio de 1823 cuando las tropas patriotas al mando de Bolívar enfrentaron a las huestes realistas que estaban lideradas por Agustín Agualongo.
El ejército con más de 1500 efectivos enfrentó a las tropas pastusas que tenían más de 1500 realistas, esta gesta se inscribió como una disputa entre la idea republicana frente al antiguo régimen.
HISTORIA DE LA BATALLA DE IBARRA
Todo empezó un 17 de Julio de 1823 cuando el libertador Simón Bolívar decidió ubicarse a los alrededores de Ibarra junto a los miembros de su estado mayor y una patrulla de guías. Luego de llegar a un caserío cercano a Caranqui decidió poner en marchas su plan de batalla. Antes de esta batalla, Simón Bolívar disputo un combate junto a sus tropas que contemplaba un agrupamiento táctico de tres cuerpos.
Las brigadas del ejercito libertador por disposición de Simón Bolívar se acercaron con la infantería en orden abierto de derechas a izquierda del camino que lleva a la ciudad, la caballería dispuesta al centro, en orden cerrado con la misión de adelantarse hacia la ciudad, tomarla por asalto al mismo tiempo que la infantería y detrás la artillería, con el fin de cubrir a las dos primeras.
Bolívar sorprendió a los huestes rebeldes atacándolos desde el sureste de la ciudad, Agualongo logro resistir debido a la posición en la que se ubicó pero en una carga conjunta entre la infantería, que llegó desde el sureste, vadea el río y «envuelve» a los realistas mientras que la caballería irrumpe en la plaza principal con Bolívar, Barreto y Salom a la cabeza acabando con varios efectivos forajidos.
Luego de dos horas de combate los pastusos no pudieron evitar ser derrotados pese a los esfuerzos realistas por rehacer sus tropas, la intensidad de las cargas hizo que rompan sus líneas y comenzarán con la retirada rebelde en dirección al norte. Con la retirada, en el campo de batalla quedan 600 cadáveres rebeldes. Esta victoria aplasto cualquier intento de insurrección favorable a los intereses monárquicos españoles.